Los donuts parecen haber sido diseñados para hacer feliz a cualquiera, ¿acaso conoces a alguien a quién no le gusten?
Su forma redonda, la suavidad de su esponjosa masa, junto con el irresistible glaseado que los cubre, los convierten en el acompañamiento perfecto, apto para todos los públicos, para cualquier momento del día, desde el desayuno a la merienda, amenizando nuestras tardes, noches y mañanas, ya que cualquier hora es perfecta para saborear esta redonda delicia.
Gracias a Teresa Nadal, de @cocinandocontj, te proponemos ir un paso más allá y embarcarte en la aventura de prepararlos tú mismo. De primeras puede parecer que hacer donuts desde cero no va a hacer más que complicarte, ¡pero nada más lejos de la realidad! Ya que es una receta fácil, en la que no necesitas más que muchas ganas y … ¡hambre!
Como hemos dicho, la sencillez de esta receta hace que sea perfecta para elaborar en familia, con los más peques de la casa, que disfrutarán de una tarde cocinando y degustando su obra maestra, que seguro os saldrá redonda.
Con estas cantidades saldrán aproximadamente 12 donuts
Comienza disolviendo el bloque de levadura fresca en la leche tibia con un poquito de azúcar y déjalo reposar hasta que veas que comienza a burbujear y crecer. A continuación, añade esta mezcla a un bol junto con el azúcar restante, el huevo y la vainilla. Mezcla e incorpora la harina hasta su totalidad.
Amasa suavemente y añade la mantequilla, después, sigue amasando hasta que quede una masa fina y elástica.
Cuando termines el amasado, engrasa un bol y deja que la masa repose dentro hasta que triplique su volumen. No olvides tapar el bol con un trapito.
Una vez que la masa ha levado, extiéndela con la ayuda de un rodillo en una superficie enharinada previamente hasta obtener un rectángulo de aproximadamente medio centímetro de grosor. Después, con la ayuda de un molde redondo o un vaso, realiza la forma circular característica de los donuts. Una vez tengas todos los donuts cortados, vuelve a dejarles reposar media hora.
Ahora viene la parte divertida, toca freír los donuts en abundante aceite de oliva hasta que estén doraditos.
Cuando los saques de su baño en aceite, déjalos enfriar hasta que se encuentren más o menos templados.
Para hacer más breve la espera, ve preparando el glaseado con el que los endulzarás. Este se consigue mezclando leche, vainilla y azúcar glas hasta conseguir una mezcla líquida semi espesa y homogénea, con la que bañarás los donuts. Déjalos enfriar hasta que compruebes que el glaseado ha solidificado.
¡Tus propios donuts caseros ya están listos para ser disfrutados!
¿Te ha gustado esta receta? Para la próxima prueba con estos bollicaos caseros, ¡mejores que los originales!.
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