Las principales peculiaridades del pan de molde son su esponjosa miga y su suave corteza. Es ideal para consumir en rebanadas a modo de sándwich o, simplemente, acompañando otras comidas.
Aquellos que han probado a hacer este pan en casa han llegado a admitir que es una de las recetas más placenteras que se pueden cocinar, pues el resultado de hacer este pan casero es sencillamente increíble. La principal diferencia de esta receta con la de un pan normal es que, en el pan de molde, añadimos leche, mantequilla y un poco de azúcar. Ingredientes que dotan a nuestro pan de sus peculiares características.
Este pan ofrece varias ventajas y es que, bien tapado, lo podemos disfrutar en casa durante varios días. Sin embargo, muy extraño sería que sobreviviese a más de una sentada. ¡Seguro que os gustará tanto que caerá a la primera! Por supuesto, no se trata de un pan que pueda durar tanto como los panes de molde que podemos adquirir en cualquier tienda. Debemos considerar que nuestro pan no va a llevar productos destinados a su conservación. Sin embargo, ¡no tienes que preocuparte por eso! Pues, será consumido mucho antes de que llegue la oportunidad de que se ponga duro. ¡Toma nota a nuestra receta!
Echamos en un bol grande la harina, la sal y el azúcar. Desmenuzamos con nuestros dedos la levadura fresca Levanova. Incorporamos lentamente la leche y el agua, y mezclamos con una paleta hasta que todos los ingredientes estén bien integrados en una sola bola.
Una vez que hayamos mezclado bien todos los ingredientes, podemos pasar a amasar nuestra masa sobre una superficie plana previamente enharinada.
Cuando nuestra masa esté fina y homogénea, incorporamos la mantequilla a temperatura tibia y volvemos a amasar hasta que volvamos a tener una masa consistente y que no sea pegajosa. Este paso es el que requiere más paciencia ya que al añadir la mantequilla, la masa perderá toda su estructura y será muy difícil de manejar.
Formamos una bola con nuestra masa, la metemos en un bol, la tapamos con un trapo de cocina y la dejamos reposar durante un tiempo aproximado de 1 hora.
Transcurrido el tiempo de reposo, sacamos nuestra masa del bol y la estiramos con nuestros dedos sobre la encimera de nuevo previamente enharinada.
Tapamos nuestra masa con un trapo de cocina sobre la misma encimera y la dejamos reposar otros 5 minutos.
Finalizado este tiempo, cortamos nuestra pieza por la mitad. Enrollamos cada pieza y las introducimos en un molde con la forma deseada.
Volvemos a tapar nuestras piezas dentro del molde y dejamos, reposar hasta que la masa doble su tamaño.
Con el horno precalentado, horneamos nuestro pan de molde durante unos 35 minutos a 190ºC.
Una vez que nuestro pan se haya enfriado, lo sacamos del molde y… ¡listo para disfrutar!
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