No sabemos qué os resultará más placentero con estas mini focaccias caseras. Hacerlas, porque meter las manos en la masa es un gustazo, o comerlas, porque están buenísimas.
Por un lado, imaginemos esa masa bien fermentada, llena de burbujas. Y llega el momento de hacer los típicos agujeros de las focaccias, hundiendo los dedos en la masa, poco a poco, acompañados por el aceite de oliva ….. Uno de esos momentos en los que ensuciarse las manos vale la pena. Muy relajante…
¿Y el momento de hincarles el diente? Sabor mediterráneo expresado al máximo nivel. Una masa crujiente por fuera y bien esponjosa por dentro, con masa madre y aderezada con un buen aceite de oliva. Sencillo pero delicioso.
Sea cual sea el momento que prefiráis, animaros, desconectad de todo, poneros vuestra música preferida y cread vuestras propias mini focaccias caseras. Nosotros os dejamos aquí una receta pero podéis ponerles lo que vosotros queráis.
En primer lugar, desmenuzamos la levadura fresca en parte del agua. A continuación, en un bol, echamos la harina de trigo, la sal, el aceite de oliva, el azúcar, el sobre de masa madre y el resto de agua. Seguidamente, mezclamos bien hasta que todo quede bien integrado.
Dejamos reposar alrededor de 15 minutos y añadimos el vaso de agua con levadura. Mezclamos bien para después amasar hasta tener una masa fina y homogénea.
Si el amasado se complica, podemos dejar reposar la masa de vez en cuando unos 5 minutos. Esto acelerará el afinado de la masa.
Tras el amasado, es el momento de dejar fermentar nuestra masa en un bol bien cubierto con un paño de cocina hasta que doble su volumen. ¡Tiempo para pensar en el aderezo de las mini focaccias o en lo que nos apetezca!
Cuando la masa haya fermentado, la sacamos del bol y la desgasificamos con las manos de manera que la vayamos estirando hasta tener un gran círculo. Después, cortamos piezas redondas con un cortapastas de unos 10 cm y las colocamos en la bandeja del horno encima del papel de cocción.
Más tiempo para nosotros. Dejamos fermentar las mini-focaccias sobre la bandeja tapadas de nuevo con un trapo de cocina durante una hora aproximadamente, hasta que vuelvan a doblar su volumen.
Uno de nuestros momentos favoritos. Transcurrido el tiempo de fermentación, esparcimos aceite de oliva por encima y marcamos cada pieza hundiendo las yemas de los dedos. Una gozada.
Nos ponemos creativos. Hora de agregar los toppings al gusto. Mientras, podemos poner el horno a calentar a 220ºC.
En este caso, para aderezar nuestras mini focaccias caseras, nosotros hemos utilizado tomates cherry, unos trozos de cebolla roja o morada muy fina y unas aceitunas negras. Además, añadimos también sal en escamas y algunas especias como por ejemplo orégano.
Una vez que el horno se haya calentado, bajamos la temperatura a 200ºC y horneamos hasta que las mini focaccias tengan un color dorado suave.
Cuando las saquemos del horno y se atemperen un poco, ¡estarán listas para disfrutar!
Desde Levanova os hemos propuesto esta auténtica receta de mini focaccias caseras, pero no dudéis en dejar fluir vuestra imaginación y apostar por los ingredientes que más os gusten para sorprender con esta famosa elaboración italiana.
Si os ha gustado, no os perdáis otras recetas de focaccia casera que os acercamos en este blog, donde podréis encontrar muchas más ideas, entre otras, una deliciosa focaccia de aceitunas y tomate o una receta en vídeo de focaccia de aceitunas negras. Si las elaboráis, ¡no olvidéis mandarnos vuestro resultado a través de nuestras redes! @levanova_levadura en Instagram y @levanovalevadura en Facebook.
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