El pan y la cerveza tienen algo muy importante en común: ambos se elaboran con levadura. Por ello, aunque en un principio os pueda sonar raro escuchar hablar de pan de cerveza (o con cerveza), una vez lo probéis veréis que… ¡para nada! Está delicioso y, además, es apto para todos, ya que el contenido en el alcohol se evapora durante la cocción.
¿Os gusta esta idea? ¿Os apetece probarla? ¡Pues atentos!
Paso 1:
En primer lugar, mezclamos todos los ingredientes en un bol grande. Añadimos la harina, la sal, el azúcar y el aceite. Desmenuzamos la levadura con nuestros dedos y, seguidamente, echamos la cerveza y mezclamos todo bien.
Paso 2:
Una vez que los ingredientes hayan quedado bien integrados, amasamos la mezcla sobre una superficie lisa, como podría ser la de una encimera, durante el tiempo necesario para tener una masa fina y homogénea.
Paso 3:
Volvemos a meter nuestra masa en un bol, tapamos con un trapo de cocina o papel film y la dejamos reposar hasta que doble su tamaño, durante un tiempo aproximado de 45 minutos/1 hora.
Paso 4:
Volvemos a colocar nuestra masa sobre la encimera y la dividimos en dos o más, según el número de piezas que queramos. Les damos forma redondeada, de hogaza, y las colocamos sobre la bandeja del horno con papel para hornear. Entonces, las dejamos reposar nuevamente, hasta que vuelvan a doblar su tamaño.
Paso 5:
Una vez haya pasado este nuevo tiempo de reposo, ponemos nuestro horno a calentar a 210ºC. Mientras tanto, preparamos un recipiente con agua, que deberemos introducir en el interior del horno a la vez que metamos nuestras hogazas.
En esta elaboración, este paso es muy importante, pues el vapor de agua que se generará durante el horneado será clave para tener una corteza más crujiente y una miga más esponjosa.
Otro posible modo de generar dicho vapor es poner en el horno otra bandeja vacía a la vez que se calienta y, en el momento que metemos los panes, poner dos cubitos de hielo sobre la bandeja ya caliente. Esta diferencia de temperatura hará que el vapor se genere rápidamente.
Paso 6:
Realizamos algunos cortes sobre la superficie de nuestros panes, espolvoreamos un poco de harina por encima para conseguir un aspecto un poco más rustico y los dejamos reposar otros 5 minutos.
Después, bajamos la temperatura del horno a 190ºC y metemos nuestros panes. Una vez hayan pasado 15 minutos, sacamos el recipiente con agua que habíamos metido para que se generase el vapor y horneamos otros 20 o 30 minutos. Este tiempo depende de nuestro horno, por lo que deberemos estar atentos.
Una vez lo saquemos del horno, lo dejamos enfriar sobre una rejilla y…¡listo!
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