Comer roscón en familia el Día de Reyes es sin duda una de las tradiciones que más nos gustan de la Navidad. Aunque este año está siendo algo especial, no es motivo para no poder disfrutar en casa de un buen roscón acompañado con chocolate mientras abrimos nuestros regalos. Desde Levanova, te proponemos animarte a hacerlo con tus propias manos, porque no hay nada como un dulce cocinado con todo el amor del mundo, y más en fechas tan especiales.
Así podremos llenar la Noche de Reyes de aún más magia e ilusión. ¡Atentos a esta especial receta con la que serás la primera persona en en saber dónde se esconde la famosa figurita!
Para decorar:
Mezclamos todos los ingredientes en un bol excepto la mantequilla. Una vez estén más o menos integrados, añadimos la mantequilla y volvemos a mezclar. Entonces, cuando se hayan integrado de nuevo, sacamos la masa del bol y comenzamos a amasar sobre la encimera.
Amasamos enérgicamente sobre una mesa o encimera en la que habremos espolvoreado previamente un poco de harina, hasta que la masa quede fina y homogénea.
Para facilitar este proceso, es recomendable dejar reposar la masa 5 o 10 min sobre la encimera y después continuar amasando. Este es un consejo que podemos emplear siempre que notemos que el amasado es difícil porque, por ejemplo, la masa está demasiado pegajosa.
Meter nuestra masa en un bol grande, la tapamos con un tramos de cocina o papel film y la dejamos reposar hasta que doble su volumen. El tiempo aproximado es de 1 hora.
Una vez haya finalizado el tiempo de reposo, sacamos la masa del bol y la dividimos en dos partes. Seguidamente, formamos 2 barrotes, uno con cada pieza, y los dejamos reposar de nuevo durante otros 10’ minutos.
Pasado este nuevo reposo, estiramos cada barrote para que nos quede una masa en forma de cilindro y juntamos las dos puntas de cada pieza para formar un círculo. Seguidamente, colocamos nuestras piezas en una bandeja sobre papel de horno y con suficiente espacio entre ellas, pues volverán a doblar su tamaño.
Tapamos nuestras piezas con un trapo en la misma bandeja y las dejamos reposar de nuevo hasta que vuelvan a doblar su volumen. Mientras tanto, podemos ir cortando y preparando nuestras piezas de fruta confitada para decorar.
Una vez nuestros roscones hayan doblado su tamaño, antes de hornearnos, los pintamos ligeramente con huevo batido diluido con agua al 50%. Seguidamente, colocamos las diferentes piezas de fruta confitada decorando nuestros roscones y añadimos un poco de azúcar en grano o tipo “bolado” por encima. Si no vas a rellenar tus roscones, este es el momento de meter entre la masa la figurita. Si vas a rellenarlos, puedes esperar a ese momento para integrarla en la nata, la crema o cualquiera que sea el relleno elegido.
Con el horno calentado previamente a 200ºC durante 10 o 15 minutos, bajamos la temperatura a 175ºC y cocemos nuestros roscones hasta que las piezas tengan un color dorado tostado. El tiempo depende mucho del horno, por ello, deberemos estar pendientes para sacarlos en el momento adecuado.
Una vez hayamos sacado los roscones del horno, podemos cortarlos y rellenarlos de nata montada, crema, crema de cacao, etc. Además, también podemos insertar la figurita en dentro del relleno.