Hay cosas que, juntas, son objetivamente mejores. Pan con chorizo. Atún con tomate. Queso y beicon. Hamburguesa con beicon. Sándwich con beicon. Bueno, cualquier cosa con beicon. Y justo ese es el caso de la receta que os traemos hoy.
Este pan de molde con natillas y canela es una demostración clara no solo de que algunos ingredientes se llevan estupendamente, sino de que darle una vuelta a una receta tradicional puede ser todo un éxito. En Levanova queremos que te animes a que hagas tuya cualquier receta. Porque, al fin y al cabo, hay tantas maneras de cocinar como personas. Haz la tuya tan auténtica como tú.
En un bol bien grande, mezcla todos los ingredientes menos la canela que tenemos para espolvorear y venga, súbete bien las mangas y dale caña a la masa. ¡Sin piedad!
Cuando esté derrotada, es decir, suave, homogénea y lisa, déjala que descanse unos 5 o 10 minutos. Se lo merece.
Aunque nos va lo de romper moldes, estos es importante que los conserves en buen estado o el pan se nos va al garete. Coge la masa y divídela en dos piezas iguales (si dudas, pésala primero y haz la cuenta) y dales forma de barra más bien corta, sin puntas. Nada de hacer churros de masa. Déjalos reposar 10 minutos y a continuación, dales forma de rectángulo con un rodillo.
Pásales un pincel con agua por encima, espolvorea la canela que habíamos reservado y enrolla por el borde largo, haciendo un cilindro. Si te queda un poco irregular, no te preocupes. A Picasso también le habría pasado.
Unta los moldes (sí, los que no hay que romper) con aceite o espray desmoldante, coloca las piezas dentro y haz unos pequeños cortes en paralelo. ¡Que no sean muy profundos!
Deja que fermenten hasta que la masa intente escaparse del molde y mételos al horno a 210ºC con vapor, durante 20 o 25 minutos. Y ve pensando con qué vas a acompañar este pan, porque en ese rato el olor que va a salir de tu horno será espectacular.
Puede que este pan de molde con natillas no sea al que estás acostumbrado, pero estamos seguros de que el resultado te va a sorprender (y para bien). Ahora te toca a ti descubrir cómo puedes darle otra vuelta más a la receta.