¿No te ha pasado que llegas a la cocina con una idea en mente y, de repente, te apetece hacer esa receta de manera totalmente distinta? Darle una vuelta, utilizar nuevos ingredientes, salirte del proceso habitual… Es lo maravilloso de la cocina. Que no hace falta que siempre hagas todo igual. Si te lo pide el cuerpo, puedes romper moldes y probar a preparar esa receta como te dé la gana.
En Levanova nos gusta inspirarte precisamente a eso: a que seas tú mismo en la cocina y te lances a la aventura de hacer las cosas a tu manera. Y por eso hemos revisado algunas de nuestras recetas para darles… un giro interesante. Ni que decir tiene que cada receta es como un lienzo en blanco: cógela y dale tu toque más auténtico.
Mezcla la harina, la sal, el azúcar, los huevos, la levadura, la masa madre y el agua en un bol grande. Que luego esto crece y si no, desborda. Amasa hasta que esté homogéneo y déjalo que descanse 5 minutos.
Coge la masa, divídela en dos piezas iguales y dales forma de barrote. Después déjalos reposar 10 minutos antes de seguir.
¿Que no tienes rodillo? Sin problema. Seguro que tienes alguna botella de vidrio, como una de vino que, bien limpia, nos viene estupendamente.
Coge tu rodillo —el de verdad o el improvisado— y estira las dos masas intentando que queden en rectángulo. Aunque sabemos que es una de esas cosas que es más fácil decir que hacer. Lo importante es que estén finas sin llegar a romperse. Nos encanta un buen reto.
Sabemos que cuesta no caer en la tentación, pero esto es importante. Primero, unta una capa muy ligera de manteca sobre los rectángulos (o polígonos trapezoidales libres) de masa.
Coge los Lacasitos y aplástalos un poco. Un truco estupendo es meterlos en una bolsita zip y darles una pasada con el rodillo. Espárcelos con gracia por encima de la masa. Y sí, puedes comer esos que te han sobrado. Aunque juraríamos que la cantidad que pusimos para la receta era exacta…
Con el relleno listo, enrolla con cuidado cada masa sobre sí misma empezando por el borde más largo. Déjalas que descansen 5 minutos y estira un poco los cilindros para que tengan un grosor más o menos uniforme. ¡Con cuidado!
Ahora ya solo queda cortar tus fartons del tamaño que prefieras —entre 15 y 20 cm es una buena medida— y colocarlos sobre papel de horno en la bandeja para que fermenten hasta doblar el volumen.
Hornéalos a 210ºC hasta que tengan un tono dorado/marrón.
Antes de que se enfríen… no, no te los comas aún, aguanta. Hay que bañarlos con el glaseado que hemos preparado previamente y decorarlos con algunos Lacasitos extra. ¡Así que no te comas la decoración antes de tiempo!
Esperamos que te hayan gustado estos fartons y, sobre todo, que te atrevas a darles tú tu propio toque original.