Durante estos últimos años, estamos siendo testigos de cómo se va haciendo cada vez más común consumir diferentes tipos de panes, con propiedades y sabores totalmente diferentes. Una de las últimas novedades ha sido el pan de maíz cuyo intenso sabor y color amarillo le está convirtiendo en uno de los panes más gourmet.
Este pan, también conocido como Breadcorn, tiene una gran cantidad de beneficios para el organismo. Su alto contenido en fibra permite activar el proceso digestivo, reduciendo, tras su ingesta, los niveles de colesterol malo o los trastornos como el estreñimiento. Además, su alto poder saciante lo convierte en un alimento idóneo para no picar entre horas.
Tal y como su propio nombre indica, el ingrediente más característico de este pan es la harina de maíz, que le aporta ese toque dulce y amarillo tan característico. Pero… ¿cómo podemos elaborar un pan de maíz casero?
Si quieres saber cómo se prepara este pan que dejará a todos tus invitados con la boca abierta, ¡sigue leyendo!
Echamos todos los ingredientes en un bol grande y mezclamos hasta que queden bien integrados. Seguidamente, comenzaremos a amasar. En esta ocasión debemos dejar hasta tres reposos de 5 minutos durante este proceso para facilitar el mismo.
Una vez finalizado el amasado, dejaremos que la masa repose hasta que duplique su volumen dentro de un bol tapado.
Transcurrido el tiempo de reposo, cortamos la masa con la ayuda de un cuchillo, en piezas de unos 300grs. A continuación, pasamos al boleado de cada una de ellas y dejamos que reposen durante 5 minutos sobre la encimera tapadas con un paño.
Ahora es el momento de dar forma a las distintas piezas. Por nuestra parte, optaremos por hacerlo tipo hogaza. Una vez hechas, las colocaremos sobre una bandeja de horno con papel de cocción. Para su colocación, debemos tener cuidado y dejar bien separadas las piezas para evitar que estas se peguen mientras se están cociendo. Asimismo, debemos dejarlas fermentar en un lugar libre de corrientes de aire y taparlas con un paño hasta que dupliquen su volumen.
Mientras las piezas siguen doblando su volumen, precalentamos el horno a 200ºC e introducimos desde el principio un pequeño recipiente vacío en la parte baja del horno.
Una vez hayamos conseguido el volumen necesario, realizamos con la ayuda de un cuchillo un corte en forma de cruz en cada una de las hogazas. Seguidamente, las metemos en el horno, junto a un par de cubitos de hielo que depositaremos en el recipiente vacío. Esto generará vapor dentro del horno y hará que el resultado sea mejor. Una vez tengamos todo introducido en el horno, lo bajamos a 165ºC. Cuando las piezas tengan un color dorado agradable, estarán listas.
Pero… ¡Cuidado! Por muchas ganas que tengas de probar tu obra de arte debes esperar a que se enfríen un poco.