El pan de aceite desprende un aroma que nos evoca al hogar, a lo rústico y a lo tradicional. Se trata de una receta “fondo de armario”, o, en este caso, de cocina: Es sencillísima y podemos hacer deliciosas tapas, acompañamientos y meriendas con unas buenas rebanadas de este riquísimo pan. Si os encanta elaborar pan en casa e inundar la cocina con ese aroma tan especial, ¡atentos a esta receta!
¡Seguro que desde el primer momento que os animéis a prepararla, os encantará!
Paso 1:
En primer lugar, echamos todos los ingredientes en un bol grande. Añadimos la harina, el azúcar, la sal, la levadura fresca Levanova y todo el contenido del sobre de masa madre Levanova. Movemos con una cuchara de madera y vertemos poco a poco el agua tibia. Mezclamos de nuevo, añadimos el aceite y la matalahúva y volvemos a mezclar hasta que los ingredientes queden bien integrados.
Paso 2:
Amasamos sobre una superficie lisa hasta conseguir una masa fina y homogénea. Para facilitar el trabajo, podemos ir espolvoreando un poco de harina de vez en cuando.
Paso 3:
Damos forma de bola a nuestra masa y la dejamos reposar dentro de un bol tapada con un trapo de cocina hasta que doble su volumen.
Paso 4:
Una vez haya finalizado este tiempo de reposo, dividimos la masa en dos piezas, formando una barra con cada una. Después, realizamos cortes perpendiculares en la superficie a lo largo de ambas piezas y, seguidamente, las dejamos reposar de nuevo hasta que doble su tamaño tapadas con un paño de cocina.
Paso 5:
Precalentamos el horno a 185ºC y, mientras se va calentando, humedecemos las dos barras con agua. Lo ideal es hacerlo con un pulverizador.
Por último, horneamos hasta que adquieran un color dorado-tostado. Cuando tomen este color, podremos sacarlas y dejarlas enfriar.
Una vez se hayan enfriado, estarán listas para que las conviertas en deliciosos bocadillos o las uses de acompañamiento, como tapa, merienda o canapé. ¡Esperamos que os guste!