Todo buen panadero casero (o como a nosotros nos gusta llamarnos, todo buen “pana”) sabe que, si añadimos ingredientes sencillos, pero bien combinados, a una receta de pan básico, podemos lograr auténticas maravillas. La prueba de ello es esta receta de pan de nueces y chocolate.
Imagina un pan crujiente por fuera, suave por dentro, con un toque crujiente y una dulce sorpresa derritiéndose en cada bocado. Riquísimo, ¿verdad? Para hacerlo, nos hemos inspirado en las hogazas francesas, conocidas por su textura esponjosa y corteza crujiente, añadiendo un giro tentador con el chocolate.
Esta receta es perfecta para aquellos que no les gusta arriesgar, y es que dos ingredientes como el chocolate y las nueces nunca pueden fallar. No necesitas ser un panadero experto para lograr un resultado espectacular; solo se requiere un poco de paciencia y mucho amor por la cocina.
¿Y cuándo comerlo? Pues en cualquier momento. Imagínatelo tostado en el desayuno, o en una merienda con amigos o como un regalo cuando te invitan a comer. ¡Siempre un acierto!
Primero, reúne todos los ingredientes excepto las pepitas de chocolate y las nueces. Mezcla bien y amasa hasta que todos los ingredientes se integren. Deja reposar la masa durante 10 minutos.
Después del primer reposo, vuelve a amasar la masa hasta que esté fina y homogénea. Añade las pepitas de chocolate y las nueces troceadas y amasa de nuevo para distribuirlas de manera uniforme.
Deja reposar la masa durante unos 30 minutos. Luego, divide la masa en dos piezas iguales y dales forma redonda, como pequeñas hogazas.
Coloca las hogazas sobre papel de horno y deja que fermenten hasta que doblen su volumen. Mientras tanto, coloca un recipiente metálico en el horno y precaliéntalo a 170ºC. Este recipiente se utilizará para generar vapor durante la cocción.
Realiza un corte en forma de cruz en la parte superior de cada hogaza. Introdúcelas en el horno y, al mismo tiempo, pon dos cubitos de hielo en el recipiente metálico para crear vapor. Hornea durante unos 28 minutos o hasta que estén doradas. Después, deja que se enfríen sobre una rejilla antes de cortarlas.
¡Y ahí lo tienes! Una hogaza recién horneada con la combinación perfecta de nueces crujientes y pepitas de chocolate fundidas, para hacer de cualquier momento algo especial.
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