¿Buscas una actividad divertida y deliciosa para hacer con los peques? ¡Estos donuts de colores son una opción perfecta! Deliciosos por dentro y espectaculares por fuera, utilizando distintos toppings y combinándolos con la creatividad desbordante de los peques, tendrás un resultado impresionante. ¡Y además son muy sencillos de elaborar!
Cada paso, desde el amasado hasta la decoración, se convierte en un juego en el que los peques pueden participar. Y lo mejor de todo es el momento final: ¡probar esos donuts decorados y llenos de color que han creado! Así que anúdate el delantal y ponte manos a la obra en familia.
Iniciamos esta receta con un bol amplio, donde mezclamos con mimo los 300 gr de harina de trigo fuerte, la levadura fresca Levanova, la leche, la sal, la mantequilla, el azúcar y el huevo y una pizca generosa de ralladura de nuez moscada que le dará un toque aromático. Con cada giro de la cuchara, vemos cómo estos ingredientes se convierten en una masa suave y homogénea, la base perfecta para nuestros donuts esponjosos.
Comenzamos a amasar, disfrutando de cómo los ingredientes se unen en una misma masa esponjosa. Tras unos minutos de trabajo, la dejamos descansar durante 10 minutos. Volvemos a amasar una vez más, con cuidado y dedicación, y luego la dejamos reposar otros 5 minutos, como si estuviese cargando energías para el siguiente paso.
Cuando la masa ya está lista, la llevamos a la encimera y la extendemos con un rodillo hasta alcanzar un grosor de más o menos 1 centímetro. Aquí es donde la receta comienza a cobrar vida y nos deja imaginar los donuts que formaremos en nuestras manos.
Para cortar cada donut, podemos usar un cortapastas especial o bien improvisar con dos vasos de diferentes tamaños: uno grande para cortar el exterior y uno pequeño, como un vaso de chupito, para crear el agujero característico en el centro. Con cada corte, vemos cómo los donuts toman su forma clásica, y cada pieza promete ser tan perfecta como la anterior.
Colocamos con cuidado los donuts sobre papel vegetal y los cubrimos con un paño ligeramente húmedo, creando un ambiente perfecto para que fermenten. La masa descansará hasta doblar su volumen, llenándose de aire y esponjosidad. Mientras ellos suben, nos preparamos para la fase de cocción.
Calentamos una olla baja con aceite de girasol hasta que alcance unos 185ºC, una temperatura crucial para lograr ese dorado perfecto. La temperatura no puede estar ni demasiado caliente ni demasiado baja, sino, no se conseguirá el dorado característico.
Freímos los donuts en el aceite, unos 60 segundos por cada lado, observando cómo toman un dorado espectacular y una textura ligera. Después de retirarlos, los dejamos reposar en una rejilla para que escurran el exceso de aceite, quedando perfectos y listos para su transformación final.
Una vez fríos, los donuts están listos para ser decorados. Preparamos chocolate negro y chocolate blanco y coloreamos este último a nuestro gusto, creando una paleta vibrante y festiva. Aplicamos el chocolate caliente sobre cada donut, dejándolo caer suavemente para que cubra toda la superficie. Sin esperar a que se endurezca del todo, espolvoreamos diferentes toppings sobre ellos: granillo de chocolate de colores, almendra tostada y chips de chocolate, cada uno añadiendo su propio toque de sabor y textura.
Así, nuestros donuts cobran vida, llenos de color y sabor, listos para ser disfrutados. ¡Un verdadero espectáculo para los amantes del dulce!
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