La “Mona de Pascua” se ha convertido en uno de los platos dulces tradicionales más popularizados de Semana Santa. De origen árabe, su nombre proviene de munna o mouna, término que significa en árabe «provisión de la boca», regalo que los musulmanes hacían a sus señores.
Mientras que su exterior es crujiente y dorado, su interior es más bien blanco, suave y esponjoso. En cuanto a su sabor, puede llegar a recordar al del Roscón de Reyes, ya que, en algunas partes del país, a ambas elaboraciones se les agrega agua de azahar.
Se trata de un postre de gran tradición en toda la zona del Mediterráneo, aunque hoy en día podemos encontrarla en casi todo el país.
La elaboración de este postre tiene una dificultad un poco superior a la de otras recetas. Sin embargo, es muy entretenido de hacer y el resultado merece la pena. Por ello, os animamos a aceptar el reto y disfrutar de este delicioso postre durante esta Semana Santa. ¡Seguid leyendo para no perderos ni un detalle!
Mezclamos los 250grs de harina, 150grs de agua, el sobre de masa madre y 25grs de levadura. Seguidamente, amasamos la mezcla hasta conseguir una masa homogénea, fina y limpia.
Dejamos reposar la masa tapada con un trapo de cocina o papel film durante una hora aproximadamente, hasta que doble su volumen.
Añadimos a la masa el resto de la harina (250grs), el azúcar, los huevos, la sal y el moscatel. Acto seguido, volvemos a amasar bien, hasta que volvamos a tener una masa fina.
Una vez conseguido, añadimos el anís y la ralladura de naranja y amasamos bien de nuevo. Después, agregamos la mantequilla y amasamos otra vez hasta volver a tener una masa con una textura fina y elástica.
Damos forma de bola a la masa y dejamos reposar durante unos 20 minutos tapada con un paño, para que vuelva a crecer.
Cortamos 2 piezas iguales y formamos una bola con cada parte, dejando de nuevo reposar unos 10 minutos.
Hacemos un agujero en el medio de cada pieza y, con las manos, vamos dándole vueltas y agrandando hasta conseguir un rosco de unos 15cms de diámetro.
Seguidamente, colocamos las piezas encima de papel de cocer en la bandeja del horno, las tapamos y esperamos que vuelvan a doblar su volumen.
Entre tanto, podemos cocer los huevos.
Precalentamos el horno a 200ºC, y mientras coge temperatura, incrustamos los huevos cocidos en nuestras monas de pascua, repartiéndolos de forma homogénea (3 por cada pieza).
Bajamos la temperatura del horno a 170ºC y cocemos hasta que las piezas adquieran un color dorado oscuro. Retiramos del horno, pintamos con jarabe de azúcar y rebozamos al gusto con azúcar en grano. Y, por último, ¡solo queda disfrutar!
Tal y como se puede ver, siguiendo bien los pasos, no es una receta que tenga mucha complicación. Además, el sabor del final merecerá totalmente el rato que echéis en la cocina.
Ya que esta semana tendremos mucho tiempo extra para pasar en casa, ¡Os animamos a elaborar en familia una deliciosa Mona de Pascua, para endulzar un poquito más estos días!
Y, si al acabarla os quedáis con ganas de más, encontraréis muchas más recetas en nuestro blog. Si os animáis, esperamos vuestras fotos. ¡Queremos ver todas vuestras creaciones!