¡Lo que viene a continuación es un auténtico placer! Cuando decimos esto no sólo nos referimos al hecho de probar una babka casera de chocolate, hecha por ti mismo, que estará espectacular. Sino que estamos hablando de hacerla. Preparar ingredientes deliciosos, mezclarlos, ensuciarte las manos con la masa y, para terminar, ese aroma…. ¡El aroma a chocolate y mantequilla que se quedará en la cocina y también en tus manos!
Ahora, antes de comenzar con esta receta de babka casera, vamos a indagar un poco más en ella. Así, cuando la sirvas en la mesa, podrás presentarla con mucha más importancia. Aunque, la verdad, ¡una babka casera no necesita ornamentaciones!
Esta delicia culinaria popular en todo el mundo es de origen judío. Se originó, concretamente, en Europa del Este. Y, con el tiempo, se le añadió relleno de chocolate o dulce de leche. Además, se hizo especialmente popular en los hogares judíos de Polonia, Ucrania y Rusia.
Hoy en día, existen muchas variedades de babka, con diferentes rellenos y decoraciones. No obstante, su característica distintiva sigue siendo su textura suave y esponjosa y su sabor dulce.
Ahora sí, ya que sabemos un poco más de esta especial receta, ¡Vamos a contarte el proceso de elaboración! También en vídeo, para que veas de primera mano todo el proceso. ¿Serás capaz de reproducirlo entero antes de empezar con la elaboración?
Los siguientes ingredientes están pensados para 2 piezas. Ten en cuenta que, tratándose de una babka casera, es recomendable hacer más de una, ya que la primera desaparecerá rápidamente.
Si lo prefieres, también puedes utilizar una alternativa de crema, tipo Nutela o Nocilla.
En primer lugar, ¡a mezclar! Echamos en un bol grande el agua, la sal y la miel, y mezclamos. Cuando se hayan integrado, añadimos la levadura fresca, desmenuzándola con nuestras manos, y los huevos. A continuación, poco a poco, tamizamos la harina y la incorporamos en la mezcla.
Seguidamente, sumamos la almendra, mezclamos y dejamos reposar unos 5 minutos. Incorporamos la cantidad mencionada de mantequilla y mezclamos de nuevo todo bien.
¡Ha llegado el esperado momento de meter las manos en la masa! Sobre una superficie plana, como la encimera, vamos amasando hasta que la masa vaya adquiriendo consistencia.
Para facilitar este proceso, haremos dos reposos intermedios de 5 minutos más, de modo que la masa pueda seguir asentándose, y, después, continuamos hasta conseguir una masa fina y homogénea.
Cuando terminemos de amasar, estiramos la masa con ayuda de un rodillo, hasta dejarla con forma de rectángulo de más o menos 1/2 centímetro de grosor.
Ahora sí, es el momento de incorporar nuestra mezcla de cacao, esparciéndola por toda la superficie del rectángulo. Por supuesto, no hace falta que os aguantéis las ganas de probar una cucharadita😉
En el caso de que decidáis hacer esta mezcla casera, podéis elaborarla mezclando el cacao, el azúcar moreno y la mantequilla fundida hasta formar una pasta. Si lo preferís, también podéis utilizar directamente alguna crema de cacao previamente elaborada, como Nocilla, Nutella o similares.
Una vez hayamos extendido nuestra mezcla de cacao por la superficie, enrollamos la masa sobre sí misma, dándole forma cilíndrica y la dejamos reposar otros 5 minutos tapada con un trapo de cocina.
A continuación, ¡Llega el momento de darle la forma a nuestras babkas caseras! Para ello, en primer lugar, dividimos nuestro cilindro en dos piezas iguales. Cerramos un poco los laterales para evitar que se salga la mezcla de cacao y estiramos cada pieza, haciéndolas rodar sobre la propia encimera, tal y como se muestra en el vídeo, de modo que se alarguen.
En este momento, dejamos un nuevo descanso de unos 5-10 minutos, que podemos aprovechar para hacer otras cosas.
Después sí, ¡Llega el momento de trenzar nuestras piezas para crear una babka con cada una de ellas! Seguramente hayas hecho trenzas alguna vez, pero, si no es así, ¡es muy sencillo! Únicamente, se necesita hacer dos cortes longitudinales en cada uno de los cilindros, dejando unos centímetros de margen desde una de las esquinas y llegando hasta el final en la otra. Después, vamos trenzando las tres tiras de masa resultantes, llevando las tiras laterales, cada vez de un lado distinto, hacia el centro.
Metemos cada trenza en un molde metálico, las pintamos con huevo batido, las tapamos y dejamos que reposen hasta doblar su volumen. ¡En este momento sí que puedes tomarte un buen descanso! Pues, nuestras babkas caseras necesitan un tiempo para que la levadura siga haciendo su magia.
Cuando veamos que las babkas han doblado volumen, podemos ir calentando el horno a 180ºC. Una vez haya cogido temperatura, horneamos a 160ºC, sin vapor, y nos guiaremos por el color. Cuando estén tostaditas, estarán listas.
Cuando las saquemos del horno, ya serán completamente irresistibles. Aun así, como sabemos que os gusta ser perfeccionistas con vuestras elaboraciones, podemos añadir un último detalle: pintarlas con sirope de azúcar para que adquieran un brillo intenso. Además, podremos echarles pepitas de chocolate por encima a modo de decoración y aportando un toque crujiente.
Para hacer el sirope, llevamos agua a ebullición durante 30 segundos, incorporamos la misma cantidad de azúcar(unos 100gr de cada está bien) y mezclamos.
Entonces sí que sí… ¡Nuestras babkas caseras estarán listas para ser disfrutadas por toda la familia!
Recomendación añadida: no perdáis de vista esta receta de babka casera. Una vez que la llevéis a cabo, será de esas que tendrás que repetir cada poco tiempo 😉