Cuando ves un dadito de levadura es difícil pensar que aquello que tienes en las manos es un ser vivo, pero es así. La levadura es mucho más que ese especial e imprescindible ingrediente capaz de fermentar nuestras masas.
En un dadito de levadura, cuyo peso es de 25 g, hay más de 250 mil millones de células vivas. De manera individual, una célula de levadura es invisible al ojo humano, necesitamos un microscopio para poder verla. Tiene forma de huevo y su tamaño no excede las seis u ocho milésimas de milímetro.
Además de saber qué es o cuanto mide, vamos a indagar un poco más en la vida de la levadura.
La levadura es un organismo vivo, formado por una única célula, que no puede crearse, si no que está presente en la naturaleza, a nuestro alrededor y que lleva estándolo muchos años. En concreto, surgió en el año 2.000 millones A.C., mucho antes incluso de que aparecieran los dinosaurios. El hecho de que la levadura esté dispersa en el ambiente facilitó que el ser humano comenzara a utilizarla sin darse cuenta y es que los egipcios ya hacían panes fermentados hace más de 5.000 años.
Con el paso del tiempo, poco a poco, se fue estudiando a este interesante ser vivo hasta comprender cómo es capaz de realizar el proceso de fermentación. Si queréis descubrir más acerca de la historia de la levadura, os recomendamos leer este artículo.
Gracias a todo el conocimiento adquirido con el paso del tiempo, hoy en día la levadura se cultiva en modernas instalaciones a modo de granjas preparadas para ello. Si en este caso estáis interesados en descubrir cómo este proceso, podéis hacerlo en este otro artículo.
Como todo ser vivo, la levadura tiene un ciclo en el que nace, se alimenta, crece, se reproduce y muere. Sin embargo, tiene una particularidad, y es que es capaz de vivir en ambientes con y sin aire.
En cualquier caso, la levadura necesita una serie de condiciones óptimas para poder sobrevivir. En este caso, necesita por ejemplo cierta humedad, para poder asimilar su alimento, proteínas de la harina, minerales o, por supuesto, el azúcar que le produce energía.
Aunque la levadura es un organismo muy resistente, para vivir necesita también una temperatura adecuada. En este caso, para que pueda hacer su labor, por ejemplo, estará bien alrededor de 20 o 26ºC. Sin embargo, para conservarse hasta ser utilizada en una elaboración, necesitará mantenerse tranquila en temperaturas frescas de entre 2 y 4ºC. Para indagar acerca de la conservación de la levadura, puedes leer este artículo.
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